Hoy en
día, en nuestro país, los dispositivos están cubiertos por el Plan Médico
Obligatorio y el paciente puede elegir dónde operarse. Sin embargo, la falta de
información, la demora en el diagnóstico y ciertos miedos de los padres a veces
demoran una decisión en donde la edad es clave.
En la
Argentina, cada año nacen con sordera profunda o severa de 750 a 1.500 bebés.
La Ley 25.415 obliga a la detección precoz de esta discapacidad, pero su
cumplimiento depende de que el lugar donde nació el bebe disponga de los
equipos para realizar el diagnóstico.
El Dr. Vicente Diamante explicó que el común de la gente, tiene la idea de que el rendimiento de los niños con discapacidad auditiva en la escuela se verá afectado debido a su pérdida de audición; sin embargo, la realidad indica que esto no es aplicable a los niños cuya pérdida auditiva ha sido tratada con implantes cocleares.
El Dr. Vicente Diamante explicó que el común de la gente, tiene la idea de que el rendimiento de los niños con discapacidad auditiva en la escuela se verá afectado debido a su pérdida de audición; sin embargo, la realidad indica que esto no es aplicable a los niños cuya pérdida auditiva ha sido tratada con implantes cocleares.
Se debe
comprender, que el 98% de las sorderas profundas son producidas por la lesión
de la cóclea y el audífono ayuda poco en estos casos, haciendo que los niños no
puedan desarrollar el lenguaje.
El
implante coclear es una herramienta clave para la inserción en el ambiente
escolar. La intervención está indicada para aquellos pacientes que padecen de
hipoacusia
profunda bilateral, es decir de ambos oídos, y logra que aquellos
que no podían oír aun con el uso de audífonos, capten toda la gama de sonidos
de la que se encontraban privado. Con lo cual, el nivel normal de conversación
que ronda en los 60 decibeles es perfectamente audible. Esto les permite
acceder a todos los sonidos del habla y, por ende, con una buena estimulación,
adquirir el lenguaje.
Para
finalizar, citamos nuevamente al del Dr. Diamante, “los niños que reciben un
implante coclear antes de los dos años tienen un 80% de posibilidades de
asistir a una escuela corriente, mientras que los que se implantan después de
los cuatro años ven reducidas las posibilidades de asistir a una escuela normal”. Es por esto, que los profesionales de salud
deben estar dispuestos a orientar y acompañar al paciente y a su familia para
lograr que logren su máximo potencial de desarrollo.
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